Un día despiertas y te das cuenta que el tiempo pasa, que ya creciste, que ahora tienes responsabilidades, una carrera o un trabajo, que ya no eres el futuro del país sino que ahora eres el presente. Que es tu momento de brillar, de demostrar todas tus destrezas, de cumplir tus sueños ya que como dicen, estás en el mejor punto de tu vida. Que no volverás a ser tan joven como lo eres ahora y que es tu oportunidad de aprovechar todo inmensamente.
Enamórate, ama sin medida, incondicionalmente, haz locuras por amor, sin miedo a los corazones rotos, sin temor a que se termine o a que no sea lo que esperabas; y si te rompen el corazón, no te preocupes, sigue adelante que hay más peces en el mar. Y cuando menos lo pienses, te darás cuenta de que lo has superado o que encontraste a esa persona con la que hiciste una conexión única que nunca habías experimentado, algo llamado el verdadero amor.
Perdona, no permitas que nadie arruine tu felicidad y si alguien te hizo daño, déjalo ir. No guardes rencores ni resentimientos ni dejes que alguien te quite la paz mental solo porque no está de acuerdo contigo. También, perdónate a ti mismo por todas esas cosas que no hiciste, que no lograste, que no cumpliste porque todo eso te ayudó a ser quien eres hoy. Haz amigos, pero no de esos pasajeros con los que solo sales de fiesta, o que te llenan de likes tus fotos; amigos de verdad, esos incondicionales que han estado contigo cuando cumpliste ese propósito que tanto aheleabas pero que también te han dado la mano cuando creías que ese problema nunca tendría solución. Esos con los que has acumulado anécdotas, historias, crisis existenciales, chistes locales, tardes de verano, risas y recuerdos.
Nunca dejes de aprender, rodéate de personas que te trasmitan conocimientos que jamás imaginaste. Impulsa tus habilidades y encuentra cualidades que creías no tener. Descubre culturas, ideologías, comidas y lugares nuevos, verás todo lo que hay fuera de tu zona de confort y que te estabas perdiendo por no querer salir de tu pequeña burbuja.
Consigue un trabajo en algo que ames, disfrútalo, esfuérzate por aprender de los que ya tienen más camino recorrido. Da lo mejor de ti, deja la camiseta en la cancha como coloquialmente se dice. Encárgate de que cada cosa que hagas, lleve tu sello personal. Que se note que das todo de ti y que te apasiona lo que haces.
Lucha por alcanzar tus sueños. Ponte metas, objetivos, plazos para lograr tus propósitos, que aunque el camino parezca largo y muchas veces imposible de lograr, cuando llegues al final, sentirás esa sensación que te enchina la piel y te ilumina los ojos sabiendo que tanto esfuerzo y sacrificio valió la pena.
Pero lo más importante, sé feliz por más cliché que suene, sonríele a la vida, a las personas, a tus amigos, a los desconocidos con los que te cruzas en las calles. Contagia la magia que llevas dentro, enséñales lo bonito que es la vida, y logra que al final de cada día justo antes de dormir, digas: ¡estoy disfrutando de mi mejor momento al máximo!
Fdo. Fernanda Villanueva