¿Te ha pasado?
Llegas a casa después de un día largo y te apetece cenar una hamburguesa y una tarta de chocolate gigante. Sabes que sólo con eso tu día ya mejoraría. PERO NO, no puedes. Y te sientas en la mesa con un plato de zanahorias y un filete a la plancha, que es más triste que tú en ese momento. Y recuerdas: tienes que cenar ligero para tener una buena digestión. Vaya estrés de vida.
Y es que hay tantas cosas que tienes que tener en cuenta, tantos consejos del médico, tu abuela, internet y los anuncios de televisión, que te jode hasta seguir las instrucciones de lavado de la etiqueta la ropa.
El tema de la comida te trae de cabeza. Y es que entre cinco frutas y verduras al día, dos litros de agua, no olvidarnos del pescado y la carne, nada de comida precocinada, y los whatsapp de tu madre preguntando si comes lentejas, parece que tengas que dejar de trabajar para dedicarte a la cocina. Nadie ha tenido en cuenta que el día tiene 24 horas y que tendrías que levantarte a las cinco de la mañana si quieres desayunar decentemente.
Los médicos te aconsejan dormir unas 8 horas (no más).
Pero tú sabes que para ti es imposible. Y es por eso que te quedas dormida en cualquier sitio: en la sala de espera, en las reuniones con tu jefe, mientras comes, mientras lees. Y cuando te quedas dormida en el metro y te das contra el cristal, sabes que este ritmo de vida que llevas va a acabar contigo. Ya no puedes dormir la siesta, porque tiene que durar 20 minutos. Y tú eras de las que se ponía pijama y bajaba la persiana. Así que para buscar un equilibrio, tiras de café. Pero no puedes pasarte de las tres tazas, así que te has comprado vasos de chupito para repartirlo durante el día y no tener tentaciones.
Tomar una copa de vino a la comida es bueno pero con todo el agobio que tienes encima, ¿cómo coño vas a tomarte sólo una?
Has tirado el azúcar y has comprado edulcorante. Pero a las semanas te han dicho que es cancerígeno, como las barbacoas, ¡LAS BARBACOAS! Tienes el chocolate encerrado bajo llave, y las comidas no te saben a nada ahora que te controlas con la sal. Intentas poner lo mínimo posible el microondas para que no te afecte la radiación. El móvil lo pones en modo avión por las noches. Apagas el wifi, la televisión y te has planteado forrar la habitación de papel de aluminio, pero sigues teniendo pesadillas con el pez de tres ojos de Los Simpson. Y cuando piensas que por fin estás cumpliendo todos los requisitos para una vida saludable, va la OMS y confirma que todo lo que da sentido a tu vida es dañino para la salud.
Con este ritmo de vida es imposible y de vez en cuando pierdes la fe. Tus amigas bromean con volverse al pueblo y vivir del campo. Pero en tus momentos de fragilidad te preguntas si van a tener razón… Y, recuerda, hay un estudio en el que dicen que decir palabrotas es bueno para la salud.
P.D. Que disfrutes de la hamburguesa.
Hahaha,dolorosa realidad. Muy bueno!! Saludos!!!
Está genial, me he reído un montón 😂. Y tal cual, lo que un día hacía mal, ahora no, pero después como que sí…para volver loco a cualquiera. Así que hago como decía mi abuela, escuchar el cuerpo y darle lo que pide porque él es sabio, sabe lo que necesita 😉
¡Me alegro mucho que te guste! Y mucha razón tiene tu abuela, aunque si por mi cuerpo fuera…las hamburguesas serían muy habituales en mi dieta jaja ¡Un abrazo enorme Yeli!
Madre mía, qué gran verdad. Yo soy más de decir «bah, si hasta respirar ya es cancerígeno, me como este trozo de tarta que nadie se va a enterar». Y claro, esto estaría bien si no fuera porque lo hago todos los días. Que se vayan a la mierda las normas, igualmente nos vamos a ir todos al hoyo. Al menos que pueda decir que he disfrutado del chocolate. 😉
JAJA Me encanta tu comentario, tienes razón, hay que disfrutar de los pequeños placeres de la vida si total vamos a ir todos al mismo lugar pase lo que pase. ¡Qué difícil es encontrar el maldito equilibrio! ¡
Un abrazo enorme!
Yo hago todo lo que no hay que hacer… jajajajaja
Me siento taaaan identificada! Jajaja
Verdad de la buena! Vamos a romper un poco tanto bien hacer, no?
Jajajaja a mi no me da la vida para comer tanto y tantas veces como recomiendan! Pero lo de guardar el chocolate me niego en rotundo! Eso sí que no me lo quita nadie! Un besote
Meteté una buena hamburguesa, cometé esa tarta de chocolate y tiraté al novio de tu vecina, s, ese que está tan bueno y te pone ojitos. Maldita sociedad del huy huy huy… la gente no se da cuenta de que no son inmortales. Lo que hay que hacer es vivir!!!
¡Totalmente de acuerdo contigo Rodrigo! Aunque lo del novio de la vecina no lo tengo claro eh jaja, que vas a tener que seguir viéndola todos los días 😜 ¡Un abrazo!
Me consuela saber que somos mas los que pensamos lo mismo!!😅😅
Me ha encantando!! JAJAJAJA Me he reído mucho, tienes mucha razón.
Me encantaría que le echases un vistazo a mi blog: starsyouwanna.blogspot.com
¡Me alegro mucho que te haya gustado, Macarena! A mí también me ha gustado tu blog, tienes unos textos muy bonitos, y creo que hay que tener mucha inspiración para escribir poesía 😉