Querido sobrino, pequeña gran revolución, como canta Izal.
Llegaste para ponernos a todos patas arriba. Para cambiarnos las vidas y hacerlas más bonitas, más risueñas, y más interesantes. Desde entonces, cada día sería una nueva aventura llena de insólitas hazañas. Pensaba que tus padres me habían hecho buenos regalos pero, desde luego, contigo se superaron. No me imagino hasta qué punto ellos estaban emocionados, pero iba de un lado a otro dando saltos de alegría. No había forma de quitarte los ojos de encima. Eras el bebé más precioso, más bueno. Si hubiera podido te habría aupado y mostrado como en el Rey León, a todo el mundo. Aunque no sé que habría opinado tu madre al respecto.
Si alguna vez había dicho que los niños me gustan pero solo un rato, contigo cambie de opinión. Nunca era demasiado tiempo con mi sobrino. Porque cada vez que te volvía a ver eras más grande, y yo no quería perderme nada. Yo siempre quiero crecer contigo. Desarrollé mi imaginación para que todos esos regalos que recibías no fueran nada en comparación de mis juegos. Y cualquier cosa se convertía en un cabaña, en un avión, en un foso con cocodrilos, hasta que mi casa se volvía un verdadero campo de batalla.
Pero qué más me daba, da gusto verte reír.
Y también te diré que desarrollé la paciencia. No te imaginas la cantidad de veces que un bebé puede tirar un chupete al suelo, la frustración de no saber por qué lloras y cómo se me parte el corazón cuando lo veía. Aún hay muchas cosas que los mayores no entendemos, pero tú nos has enseñado tanto.
Me hubiera encantado vestirte todos los días con camisetas y baberos divertidos «mi tía es la mejor», «de mayor quiero ser como mi tío», «recién horneado», «los dos sabemos que eso ni es un avión». Y un largo etcétera, porque a cada sitio que iba me encontraba un mensaje mejor. Pero tus padres insistían en que debías llevar ropa más normal de vez en cuando. Y con el paso del tiempo, me encanta formar parte de tus aventuras. Que pasemos horas hablando, que me cuentes qué te apasiona, que me hagas formar parte de tus planes, que riamos, lloremos y conspiremos juntos.
Sabes que cada logro que consigues lo siento mío. Que puedes llegar donde te propongas, porque he visto la genialidad en tus ojos. Y porque eres fuerte, valiente, y luchador. Que si algún día necesitas algo aquí estaré para lo que necesites. Como tu tía, como tu madre, o como tu amiga.
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Me encanta el post 😍😚🤗😚😍
Buenas Noches Preciosa 🤗❤
¡Muchas gracias guapa! 😍 😍
P.D. Y a mí tu última foto de Instagram
Quería escribir sobre ellos, pero después de leerte poco queda por decir