Recibí el correo y me quedé ahí, frente al ordenador, con cara de tonta.
Siempre tuve claro que quería irme de Erasmus. Pero, por eso de estar justa de pelas y tener que viajar miles de kilómetros, pues te da como unos nervios tontos en el estómago. Mucho mejor que la resaca de los domingos pero peor de las mariposas estomacales de las que hablan cuando te enamoras.
Así que me quedé ahí y tomé la decisión de clicar en el correo para leer la confirmación: me iba de Erasmus. Y esa fue la primera de una larga lista de decisiones que me dejaron un año después, en casa, cargada de fotos, banderas firmadas, lágrimas contenidas y muchos recuerdos. Las maletas no, esas preferí dejárselas a SinMaletas. Que me las cuidan más y me ahorran el sufrimiento de arrastrarlas por los aeropuertos.
Y me fui.
Para los que también se han ido, seguro que no hay palabras para describir todo el papeleo que hay que firmar, imprimir, llevar, enviar, y un montón de verbos más que acaban en dolor de cabeza y muchas ganas de mandarlo todo a tomar vientos. Pero bueno, este texto no está para eso. Está para recordar las cosas buenas, para rememorar esos tiempos buenos que vivimos. Es para animar a los que van a volver pronto con mucha pena. Para recordar a tus compañeros de aventuras que los echas de menos.
Este texto es en honor a todas las cervezas una tarde que acabaron en fiesta improvisada. A todos los que nos perdimos de camino a la universidad, que hicimos el ridículo en clase. Que dejamos bien claro que la tortilla y la paella están por encima de todas las cosas. ¡Que los españoles somos muy españoles y mucho españoles! Y POR ESO PODEMOS ECHARNOS LA SIESTA CUANDO NOS DÉ LA GANA.
Dicho esto, este texto es sobre todo, para que los se van. Para los afortunados que están a punto de vivir uno de los mejores años de su vida, y eso, amigos, no es tontería. Que lotería ni qué lotería, Erasmus amigos, ERASMUS.
Así que repasamos: recibes el Erasmus, alucinas, haces el papeleo, y te vas a la aventura. Y se formó la gozadera. Si creías que el papeleo era difícil, espera a llegar a tu piso, residencia o universidad. No lo dejes todo en manos de tu móvil, cuando más lo necesites probablemente muera. Lo mejor es llevar todas sus funciones por separado: un mapa, una linterna, un mp4, un libro,. ¡Ah! Y un móvil pisapapeles, de esos que no se rompen aunque se caigan de un tercer piso y cuya batería dura días.
Otros consejos varios de interés:
Empápate de la cultura, aprende el idioma, habla con todo el mundo, viaja por todo el país y si puedes fuera, también. Organiza bien tu tiempo y tus ahorros, y recuerda que hay tiempo para todo. Al fin y al cabo, has ido para disfrutar pero también para aprender otro método educativo y un montón de teorías, historias, y puntos de vista que jamás aprenderías en tu universidad. Todo lo que vas a vivir este año no sólo cambiará tu forma de ver el mundo, sino cómo enfrentarte a él.
Y por último, toca volver. Cuando te quieres dar cuenta, entre risas, trenes, resacas y noches en vela, se han pasado los nueve meses. Y por mucho que investigas no hay forma de ampliarlo más. Te replanteas quedarte al grito de “no, no me moverán”, pero al fin y al cabo, si tus amigos se van, si tu familia se vuelve a casa, no va a ser lo mismo. Así que te resignas y te vuelves, no sin haber llorado el día anterior durante la despedida. Y aunque tengas un montón de historias que contar, siempre piensas que pudiste haberlo aprovechado un poco más. Que ojalá hubieras tenido una señal divina todas aquellas veces que no tuviste claro si apuntarte al plan o quedarte en casa. Pues bien, tú que te vas de Erasmus: ESTA ES TU SEÑAL.
Por si todavía a alguien puede quedarle alguna duda, podemos echarle un cable. ¿Por qué no nos cuentas alguna anécdota buena de tu erasmus?
En colaboración con SinMaletas.
¡Qué envidia! Yo no he tenido la oportunidad de irme de Erasmus, pero hubiera sido una pasada y la gente que puede debería hacerlo siempre.
¡Un saludo! 🙂
¡Pues siempre estás a tiempo de irte! Puede que no con un Erasmus, pero hay muchas becas muy interesantes y ayudas para conocer mundo, como las becas ARGO, Faro o Da Vinci (por ejemplo). Viene genial y es una experiencia inolvidable 😉
¡Lo tendré en cuenta! 😀
Yo volví hace casi 2 meses de Chile, tras 6 meses allí y si bien no se asemeja al típico Erasmus, fue la bomba. Me cambió la vida, académica y personalmente. Es una experiencia única que nadie debería dudar de hacer si tiene la opción! Viajar por Chile, Patagonia y Perú no me lo borra ni el Alzheimer.
Yo estoy ahora mismo en ello. Llevo 6 meses, y me quedan 4 aún, pero no he podido evitar que se formara el nudo en la garganta sólo de pensar que esto se termina. Y que aunque yo vi la señal y lo estoy aprovechando al máximo, es cierto que siempre te queda la sensación de haber querido hacer más.
QUIERO A QUEDARME A VIVIR EN ESTA EXPERIENCIA, POR FAVÓ.
Sandra, ¡intenta no pensar en eso ahora y disfrutar! En cuatro meses aún te queda mucho por vivir, y ya tendrás tiempo de ponerte triste (nunca olvidaré mi despedida). Un abrazo y a por todas 😉
Después de leer esta entrada sólo pienso: necesito más palabras y consejos así! Ya que antes de emprender la aventura Erasmus, más que emoción siento miedo. Un beso!
Pues yo me quede trabajando xD pero claro no es lo mismo ahaha
yo no tenía nunca la opportunidad de hacerlo durante universidad, pero después del universidad iba a corregir todos mis fallos y me fui de viaje trabajando en hostales, escuelas, campamentos ecc en Italia, Espana y viajé por toda sud america y sud est asia. lo pasé de puta madre y si lo haces bien; trabajando o haciendo volunteering te va a salir muy barato. y ademas aprendi 2 idiomas-espanol y italiano!
Yo me encuentro ahora mismo, llevo 6 meses y despedir a los que estuvieron contigo fue algo muy duro. No quiero imaginarme lo que será cuando me toque a mi.
Sin duda, la mejor experiencia que me ha pasado y se lo recomiendo a todo el que tenga la oportunidad
Yo estuve 6 meses en Río de Janeiro, en Brasil, y con certeza la mejor experiencia de mi vida! Me cambió como persona, cada día allí fue una aventura, un JODER QUE GUAY, un aprendizaje diario, una explosión de felicidad continua, (a parte de que la ciudad enamora en sí misma)…. No se puede describir, hay que vivirlo!
Hay que hacerlo, hay que hacerlo, que dan becas, por el dinero que no sea, nunca dejéis de iros de Erasmus por el dinero, en serio! La mejor experiencia de mi vida, no había llorado tanto nunca en un aeropuerto. No había hecho el ridículo tanto, ni conocido a gente tan diferente, ni viajado tanto, ni disfrutado tanto, unos 5 meses muy muy intensos, y no me puedo arrepentir de no haberme apuntado a algún plan porque yo, como buena española, me apuntaba hasta a un bombardeo. Me ha dado mucha pena leer la entrada porque llevo dos semanas en casa y el golpe de realidad me ha dolido jajaja Leí una vez que el Erasmus es muy paradójico, ya que es la época de tu vida en la que más sales de fiesta y a la vez vuelves a tu país con mucha más madurez.
Gracias por el post! 😀
¡Cómo te entiendo! Bueno me alegro al menos que lo hayas aprovechado (lo de hacer el ridículo fue la parte principal de mi erasmus) 😉 Que estas semanas no se te hagan muy duras, tengo un post que habla sobre la depresión post-erasmus que es totalmente cierta y muy dura además. Así que mucho ánimo y algún día tendremos que volver a revivir recuerdos 🙂
Es lo mejor que he hecho en mis 24 años, volvería a irme mil veces más.
A todos esos jovenes que dudan si irse o no, por favor, iros, no os vais a arrepentir nunca!
Once erasmus always erasmus!!!
Wooow! Me has hecho recordar tantas historias de mi Erasmus! 🙂